Los labios que se cierran,
apurando el trago
de tinto.
Una mano que se extiende
para estrechar aquella,
que se rinde al encuentro.
Una pareja al borde de la mesa,
guardando el equlibrio,
perdiendo la cordura.
Las notas de un tango
que se adhieren a la piel,
son bálsamo de olvido.
Todo se detiene,
dejamos de ser dos ...
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