Tango Argantino Dance Studio

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Lunfardo


El lunfardo es una jerga originada y desarrollada en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires en Argentina[1] [2] (y de aquí se extendió en no muchos años a otras ciudades cercanas como Rosario y Montevideo en Uruguay, ciudades que vivían una situación sociocultural muy similar), debido en gran medida a la millonaria inmigración europea (principalmente italiana y española) ocurrida principalmente entre los años 1860 y 1960 (ver: Inmigración en Argentina). En 1878 un artículo del diario La Prensa titulado "El dialecto de los ladrones" se indicaba que en Buenos Aires había un nuevo modo de hablar y se enumeraban veintinueve palabras entre las cuales estaba precisamente lunfardo como sinónimo de ladrón; en 1879 el comisario Benigno Lugones publicó un artículo en el diario La Nación en el que también se daban ejemplos del lunfardo, nada menos que el primer verso lunfardo hoy conocido:Estando en el bolín polizando/ se presentó el mayorengo/ a portarlo en cana vengo/ su mina lo ha delatado.[n. 1]Así originariamente esta jerga era empleada por los delincuentes y pronto lo fue por la gente de las clases baja y media-baja. Parte de sus vocablos y locuciones se introdujeron posteriormente en la lengua popular y se difundieron en el castellano de la Argentina y Uruguay. Sin embargo ya a inicios del siglo XX el lunfardo comenzó a difundirse entre todos los estratos y clases sociales, ya sea por la habitualidad de su uso, porque era común en las letras de tango, o ambos motivos; la poesía en lunfardo aunque con palabras "vulgares" supo tener un buen nivel artístico en las manos de Felipe Fernández "Yacaré" (quien se destacaba en 1915), Carlos Muñoz del Solar mucho más conocido como Carlos de la Púa, Bartolomé Rodolfo Aprile, el celebérrimo José Betinotti (llamado "el último payador" porque en su tiempo se consideraba que no habría más ni mejor payador que Betinotti); Antonio Caggiano, el famoso Amleto Enrique Vergiati más conocido por su seudónimo de Julián Centeya, Roberto Cayol, Augusto Arturo Martini mucho más conocido por su chusco seudónimo de Iván Diez, Daniel Giribaldi, Alberto Vacarezza, el célebre letrista tanguero Pascual Contursi, Francisco Bautista Rimoli cuyo seudónimo era Dante A. Linyera, Héctor Gagliardi o los más recientes Enrique Cadícamo y Horacio Ferrer.En el transcurso del siglo XX y del presente siglo varias de sus palabras han pasado a países vecinos como Chile, Paraguay y Bolivia, donde hoy es frecuente el uso de lunfardismos en varias áreas urbanas del país. También, y mucho más recientemente (desde la década de 1990) también en Perú se usan algunas palabras lunfardas. Toda esta "exportación" de lunfardismos de Argentina a otros países, es debida a los muchos inmigrantes de dichos países radicados en Argentina; y sobre todo, a la difusión de la cumbia villera (estilo musical en el que frecuentemente se utilizan términos del lunfardo).[3] [4] [5] En el prólogo a El informe de Brodie, Borges afirmó -exagerando irónicamente- que el lunfardo no es un auténtico argot: «El Lunfardo, de hecho, es una broma literaria inventada por saineteros y compositores de tango ....»

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